domingo, septiembre 23, 2012

Dieta 5/2



Llevo desde mediados de agosto con una dieta más consciente y estricta a la vez que haciendo más deporte y ejercicio (básicamente natación y kata). Resulta que tenía algo de sobrepeso al comienzo del verano, se me notaba en la cara y en la barriga y yo me notaba con una sensación sentida de pesadez. Creo que el sobrepeso tenía que ver con una carga excesiva de trabajo y estudios, ante la cual yo caía en una inercia de no cuidar suficientemente el cuerpo. Hace años que estudio el modelo integral – desde la lectura de Wilber y de Leonard y Murphy – y que soy consciente de la necesidad de cuidar el cuerpo, la base sine que non de nuestro ser en el mundo, pero la inercia de prestarle insuficiente atención al cuerpo viene de mucho más atrás, de mis años adolescentes cuando empecé a fumar y a beber. Ahora ya ni fumo ni bebo alcohol pero reconozco que si no me cuido, tiendo a tapar la ansiedad con comida, sobre todo con dulces.

Así que en agosto me fijé en un programa de la BBC “Eat, Fast and Live Longer” (“Come, ayuna y vive más años”) en el que el reportero Michael Mosley, un hombre de la misma edad que yo, y que también tenía cierto sobrepeso, investigó y experimentó con distintas maneras de perder peso y grasa corporal, ayunando y comiendo mejor y menos. Entre otras cosas que comentaba, había estudios con ratones que mostraban como el hambre podría predisponerles a crear más synapses neuronales nuevos en comparación con otros ratones obesos: la sugerencia era que el hambre atizaba la inteligencia mientras que el sobrepeso la adormecía. También se repasaban hechos ya conocidos (aunque yo nunca les había prestado demasiada atención) sobre como una dieta equilibrada contribuía a mayor longevidad y calidad de vida mientras un exceso de peso y sobre todo de grasa corporal mermaba la salud y predisponía a una vida más corta.

Mosley probó con distintas maneras de cuidar mejor la dieta, incluyendo ayunos (que también he probado en el pasado) y una dieta de días alternos – esta última consiste básicamente en comer lo que quieras los días impares pero sólo comer sólidos una vez al día los días pares. Al final optó por otro método como el más cómodo y el que resultados más duraderos y beneficiosos dio a lo largo de los seis meses de su experimento personal a la vez que televisado. Es este método el que yo he estado probando durante el último mes y medio, también con resultados notables.

En mi caso, la dieta que he bautizado “dieta 5/2”, consiste en comer normal, tres veces al día a lo largo de la semana laboral de lunes a viernes, pero luego comer sólidos solamente una vez al día el sábado y el domingo. Tomé la decisión de mantener sólo la comida del mediodía el fin de semana porque me parecía que así es como me iba a resultar más facil. Por las mañanas del fin de semana tomo solamente melón o bien compota de manzana (en vez del desayuno consistente de zumos, cereales y fruta con leche de arroz y tosatadas con crema de cacahuete que acostumbro tomar) y por las noches sólo tomo sopa de miso con algas y cereza umeboshi (en vez de una cena y postre como solía tomar todos los días).

Además me he comprado una báscula especial que mide no sólo el peso sino también el porcentaje de grasa corporal, el nivel de grasa visceral (que es la más perjudicial para la salud) e índice de masa corporal. Los resultados físicos han sido muy positivos. En 6 semanas he perdido más de 5 kilos:


10 agosto
20 septiembre
Peso
82 kilos
76.5 kilos
% Grasa Corporal
24%
21,7%
Nivel Grasa Visceral
8
7
Índice Masa Corporal
24,6
23,2

Pero más importante que las estádisticas es el hecho de que me siento mucho mejor en mi piel. Es verdad que hay momentos el fin de semana cuando me siento sin fuerzas – las vivo como una invitación a ir más lento, más presente a la energía que estoy empleando en lo que hago. Pero hay otros momentos cuando me siento realmente mejor – cuando llega el momento de comer saborea la comida mucho más y también en los momentos cuando tenga hambre, estoy atento a qué es lo que surge en mi y como reacciono.

Una de las cosas de las que he tomado conciencia es que durante años nunca me he dejado sencillamente estar con la sensación de hambre – nada más surgir, me he permitido comer de inmediato o si no me lo he podido permitir en el momento, me he pasado en seguida a estado malhumorado. Ahora soy más consciente de la suerte que supone nunca tener porque pasar hambre (cuando me comparo con la mitad de la población planetaria que sí pasa hambre) y también empiezo a vislumbrar la relación entre comida y emoción, hambre y necesidades arcáicas de afecto en mí. Al final siento que estoy viviendo mi cuerpo más amorosamente y siendo más integral que nunca, ahora que soy capaz de estar más presente no sólo en la mente y en el corazón sino también y sobre todo en el cuerpo. ¡Dentro de unos meses volveré a comentar aquí como me ha ido el experimento! (Para los anglo-parlantes, os dejo un vínculo con el video en YouTube – no he encontrado una versión subtituladaL):






viernes, julio 13, 2012

Una experiencia integrativa


Hace poco más de un año y medio, recién completado el Grado en Psicología, estaba buscando un Máster con el que podría seguir mi formación como psicólogo y también como psicoterapeuta. Buscaba algo relacionado con la teoría y la psicología integral, enfoque en el que estoy interesado desde hace años. Al mirar lo que se ofrecía en España, vi que no había nada propiamente dicho integral, entonces me puse a ver qué es lo que más se acercaba. Vi una información sobre el Máster en Psicoterapia Humanista Integrativa del Instituto Galene, en el que se proponía un enfoque integrativo, que reunía elementos del Análisis Transaccional (AT), de la Gestalt, de las teorías de John Bowlby y del trabajo con el duelo terapéutico y me llamó la atención. Me acuerdo de estar dando vueltas sobre los contenidos – no sabía mucho acerca del AT pero de entrada, no me atraía porque me parecía que debía ser algo trasnochado (uno de los libros de referencia, titulado AT Hoy, se escribió hace treinta años). Luego encontré un artículo antiguo de Ken Wilber en el que hablaba de los puntos de encuentro entre la Gestalt y el AT y empecé a interesarme más.

Fui a una entrevista en Madrid con José Zurita, el director del Máster. Me gustó no sólo lo que me contaba sobre el Máster, sino también su manera de ser, cálido y acogedor. Le preguntaba sobre la base teórica del Máster, me habló del AT, de Bowlby y del trabajo con el duelo y yo le conté mi interés por el trabajo de Wilber, que él también conocía. Me comentó que el Máster tenía un componente muy práctico, que en los presenciales se aprendía de manera experiencial (que es lo que yo buscaba después de 5 años de estudios de psicología con la Open University). También le pregunté qué importancia daban a la espiritualidad en el Máster y me decía que era algo que les parecía muy importante, aunque seguía siendo un aspecto sin desarrollar del todo en su enfoque. Unos días más tarde me escribió para decirme que estaba aceptado en el Máster y al poco ya empezó el curso y me volcaba en las actividades que se proponían en la plataforma online. El Máster consiste de 27 módulos, cada uno con su parte teórica y también actividades prácticas y de reflexión para acercar la teoría a la realidad vivida del estudiante. Después del estudio académico del Grado, me resultaban gratos los ejercicios de auto-exploración y los foros para compartir trabajos e impresiones con mis nuevos compañeros. Y efectivamente, a lo largo de este año y medio, he visto que en los 10 encuentros presenciales, había mucho trabajo práctico y aplicado, partiendo de las bases de los distintos enfoques integrados en el curso.

Puedo decir que para mí el Máster supuso una experiencia integrativa por distintos motivos, que intentaré desglosar ahora. Primero me resultó especialmente importante el trabajo con el duelo. En un principio este trabajo fue como cliente guiado por una alumna del segundo curso (hice el duelo de mi madre adoptiva), y luego como cliente guiado por José Zurita a partir de una sesión en un presencial, en la que emprendí el duelo de mi familia biológica. El hecho de haber trabajado estos temas intensamente personales como cliente no sólo me ayudó a entender teóricamente la importancia del apego y del duelo sino también me preparó para hacer yo mismo de guía con más conocimiento de causa, cuando me tocaba acompañar a una cliente mía en su proceso de duelo para el examen práctico final. En efecto, otro aspecto integrativo del que me he beneficiado en el Máster fueron las prácticas como terapeuta que hicimos y sobre las que tuvimos que escribir informes detallados. De nuevo, el hecho de relacionar la práctica con la base teórica del AT y de la Gestalt después de cada sesión me ayudó mucho a integrar conceptos y ver su puesta en práctica. También la experiencia de trabajar en grupo y de ir desarrollando mis vínculos con otros compañeros, arropando y dejándome arropar, en los presenciales y en los trabajos compartidos fue importante e integrador para mí. Gracias al grupo aprendí más acerca de mi mismo, y sobre todo acerca de mi necesidad arcaica no satisfecha de pertenencia, que en gran medida sí se satisfacía en el entorno seguro de este grupo magnífico.

Como ya comenté arriba, algo que yo echaba de menos al acercarme al Máster eran referencias más explícitas a la teoría integral y/o a la espiritualidad. En este sentido la posibilidad de escribir mi tesina final acerca de “Espiritualidad y Psicoterapia” me ha resultado sumamente satisfactoria. Primero me muestra una predisposición del equipo de Galene a ser realmente integrativos, abriéndose a la posibilidad de integrar nuevos elementos en su marco teórico. Y luego la posibilidad de abordar esta temática también me ha resultado muy valioso a nivel personal, ya que así me obligaba a plasmar en palabras lo que ha sido el motor dual detrás de mi camino personal durante los últimos 15 años. En la tesina hablé de la leyenda del Rey Pescador y de su crisis de generatividad y aquí también siento que algo profundo se integra para mí, ahora que me acerco a los 50 años y empiezo a ver que realmente este es el momento para que yo empiece a ser más generativo, a compartir lo que sólo yo puedo compartir en el mundo. En este sentido, siento que el Máster ha supuesto para mí un rito de paso importante entre la heteronomía de los estudios programados y la autonomía emergente en un campo que tanto ha aportado en mi vida y en el que yo quiero empezar ahora a aportar cada vez más.

jueves, abril 05, 2012

Un cierre feliz

Vuelvo a escribir en el blog para compartir un evento feliz que me ha sucedido recientemente. Creo que ya he comentado en otro momentos el hecho de que yo soy hijo adoptivo y que hace 10 años tuve la gran suerte de poder conocer a Margot, mi madre biológica y tres hermanas, hijas suyas de otra relación. En aquel momento, mi madre me dijo el nombre de Derek, mi padre biológico, y me lo guardé para más adelante, ya tenía bastante con toda la familia nueva que la vida me estaba regalando. Unos años más tarde empecé a buscar y a investigar, a ver si podía localizar a mi padre pero no logré ponerme en contacto con él. Hace tres años, finalmente pude contactar con sus dos hijas (¡a través de Facebook!), empezamos a cartear por correo electrónico, ellas me iban contando cosas sobre su familia y sobre mi padre, y yo a ellas sobre mi mismo y lo que ha sido mi vida. Lo que yo les contaba, ellas se lo transmitían a Derek, pero durante bastante tiempo, él no estaba seguro de si quería conectar conmigo en persona. El año pasado conocí a una de estas dos hermanas en persona y fue un encuentro muy emotivo para mi. 

Finalmente mi padre ha dicho que sí, que quería conocerme. Hemos ido a Inglaterra María y yo y, el domingo pasado, nos hemos encontrado con Derek y mis dos hermanas. Nos vimos en una vieja zona portuaria en Salford, al lado de Manchester, que ha sido rehabilitada en años recientes, así que pudimos pasear al lado del Manchester Ship Canal y después comer cerca del Lowry Centre, un museo dedicado a un artista emblemático de la ciudad. Ha sido un encuentro muy bonito, muy fluido, con mucha calidez y humor, y también con apertura y transparencia. Derek me ha resultado una persona facil para comunicar con él, hemos hablado un poco de todo pero también de lo que significó para él hace todos esos años la relación frustrada con mi madre y el embarazo, y de lo que significa para él hoy día el hecho de tener un hijo. Por mi parte, siento que he podido mostrarme como soy, le he hablado de las cosas que realmente me importan en la vida, de cómo la meditación y la terapia me han permitido salir adelante y empezar a sanarme. También nos hemos reído mucho, y ¡seguramente eso vale tanto como toda la meditación, la terapia y las palabras! Hemos quedado en volver a vernos, en que esto es el comienzo de algo bueno para todos, y María y yo hemos salido muy felices después del encuentro. 

Siento que esto supone un cierre feliz de un proceso muy largo, de toda una vida. Considero que he tenido mucha suerte con la vida que me han dado pero también es verdad que la relación frustrada de mis padres biológicos le ha dado una impronta muy particular a esta vida. Una de las cosas que he trabajado ultimamente en mi propio proceso terapéutico ha sido ese duelo de la familia que no llegó a formarse. Hay una parte de este tipo de trabajo que uno hace para sus adentros pero – a veces y si hay suerte - también hay una parte que se puede hacer con las demás personas implicadas. Así fue para mi al conocer a Margot, lo que supuso un punto de inflexión existencial muy sanador para mi, y creo que para ella también. Y la sensación que tengo después de este encuentro con Derek y mis hermanas es que también va a ser sanador para todos nosotros. Lo vivo como un cierre que permite una nueva apertura y un nuevo encaje entre los distintos elementos de mi historia personal y me siento muy feliz de poder compartir esto aquí.



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