viernes, marzo 06, 2009

Un mundo libre de quejas

Departamento de Quejas: Coge Número

Bromas aparte, el texto que viene a continuación trata de una iniciativa esperanzadora, que nos reta a renunciar a la queja, a la crítica y al chismeo durante 21 días. La idea de base es parecida a lo que promueven la psicología positiva, la terapia cognitiva-conductual o autores como Wayne Dwyer en El Poder de la Intención: una de las maneras de cambiar nuestras vidas consiste en cambiar nuestros hábitos mentales, tomando conciencia de nuestras voces interiores y aprendiendo a asumir la responsabilidad para nuestro estado de ánimo, instante tras instante. Lo que me gusta de este "Reto de los 21 días" del pastor estadounidense Will Bowen es como abarca los cuatro cuadrantes del enfoque integral (de Wilber). En cuanto a lo individual, incide en los hábitos (cuadrante superior derecho) además de los pensamientos (cuadrante superior izquierdo), mientras que en lo referente a lo colectivo promueve un cambio colectivo en la conciencia compartida (cuadrante inferior izquierdo) mediante una iniciativa con vocación global, plasmada en Internet (cuadrante inferior derecho). El texto es de la empresaria y escritora mexicana, Gaby Vargas - ¡Gracias por mandárnoslo, Estela!
Te propongo un reto de 21 días. Se trata de algo que, de lograrlo, haría de nuestra vida algo mejor. Tendríamos mejor salud, menos enfermedades, mejor ánimo, menos dolores, más autoestima, relaciones más satisfactorias: seríamos personas más felices y serenas. No, no consiste en ejercicio, una dieta o dejar de fumar. Tampoco se trata de una promesa barata. En verdad, créeme que si alcanzamos el objetivo, nuestra vida cambia. Seis millones de personas en el mundo ya lo han logrado, aunque suene a frase de 'infomercial'. Es un plan muy simple creado por la organización llamada A Complaint Free World, fundada por el pastor Will Bowen, quien, en el sermón matutino de un domingo, invitó a su congregación a iniciar este reto de tres semanas. Es algo muy simple: No quejarse, no criticar y no contar chismes de nadie. ¡¿¿Te imaginas??!! Para probar que hablaba en serio, Bowen les repartió a todos una pulsera morada para que, en el momento que se sorprendieran en la queja, en la crítica o en el chisme, se cambiaran la pulsera de muñeca -para hacerlo consciente- e iniciaran otra vez el conteo. Varias de las personas que participaban del reto, y que decían no quejarse mucho, se dieron cuenta de que lo hacían un promedio de ¡20 veces al día! Contaminación auditiva pura. Quejarnos se ha convertido en una epidemia. ¿Has notado cómo, cuando nos quejamos del clima, de la seguridad, de nuestro cuerpo, de la gripa que tenemos, de que el dinero ya no alcanza, y demás, lo único que logramos es sentirnos peor? Y si al menos sirviera para solucionar algo... pero todo lo contrario. Significa enfocar nuestra atención y energía en las cosas que NO queremos, y no en las que SÍ queremos. ¿Por qué 21 días? Porque así como un huevo de gallina tarda 21 días en formarse, también se requiere lo mismo para formar una nueva conducta o un hábito en el hombre. ¿Y si la critica la pienso pero no la digo, cuenta?.No, gracias a Dios no cuenta. Sólo si sale de nuestra linda boquita. Quienes lo han logrado, reconocen que fácil no es, sin embargo, comentan que después de las tres semanas o más que necesitaron, dejas incluso de criticar con la mente... ¿Será? La clave es no darnos por vencidos. Te invito a que empecemos ahora. No necesitamos tener una pulsera, cualquier objeto es bueno: el reloj, poner una piedrita o una moneda en la bolsa del pantalón, cambiar un pisapapeles de lugar, lo que sea... Lo que importa es darnos cuenta. Nuestras actitudes y nuestras palabras sólo reflejan lo que pensamos. Así que, ¿qué vida queremos? Nos quejamos por la misma razón por la que hacemos cualquier cosa: recibimos un beneficio a cambio. Creemos conseguir atención, justificación, aprobación o la simpatía del otro. Como cuando, de chicos, nos hacíamos los enfermos para no ir al colegio el día del examen (que, por cierto, la salud es un tema taquillero en la lista de quejas). Pero, ¿a qué costo? Los doctores estiman que dos terceras partes de las enfermedades se generan ¡en la mente! Te invito a que cambiemos lo que decimos. Dejemos de quejarnos, de criticar y de propagar chismes, que lo único que hacen es dañar a otros y a nosotros mismos. Modifiquemos lo que pensamos, para no atraer más de lo que no queremos. Dicen que, para lograr una meta, es importante hacer el compromiso con alguien, así que en el momento en que escribo esta columna comienza mi reto y me comprometo contigo, querido lector, lectora, a lograrlo. Si quieres enviarme el tuyo, bienvenido. Intentemos hacer de este mundo algo mejor.

1 comentario:

El lobo estepario dijo...

Mientras nos quejamos abandonamos nuestra vida a otros. Y nos olvidamos de ser libres y responsables de nuestras decisiones. Pero es más cómodo dejar nuestra vida en manos de los demás y así librarnos de culpa. Gran error.

Me gusta tu blog y Wilber.

Un abrazo.-

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