Unas últimas palabras sobre la gratitud ¡que casi ha acabado siendo mi mono-tema de la semana! Está bien que cultivemos una actitud de gratitud ante la vida en general. En las tradiciones espirituales, por ejemplo, en el cristianismo o el budismo, existe la tradición de bendecir la mesa: si se hace no como ritual vacío de sentido sino con presencia, nos puede ayudar a ver a interdependencia de todo lo vivo, en la cadena de circunstancias y personas que ha traído la comida a nuestra mesa – agricultores, camioneros, cajeros, cocineros etc. - y el regalo que supone el alimento para nosotr*s. Una práctica que recoge Roger Walsh en su libro Essential Spirituality se llama “Un día de agradecimiento”. Se trata de empezar el día anticipando las personas a las que vas a ver, miembros de tu familia, amig*s, el conductor del autobús, la cajera en el super … y pensar en razones que tienes para estarles agradecid*. Durante todo el día se mantiene esta actitud de agradecimiento, intentando traerla a la mente con cada persona que encuentras, aunque sólo sea durante unos segundos, lo suficiente para darte cuenta de alguna cualidad o don que aprecias en esa persona. Al final del día se puede reflexionar sobre las personas encontradas y la calidad de la relación con cada una de ellas.
Last but not least (por último pero no por eso lo menos importante), hay una persona con la que tengo la suerte de encontrarme todos los días y a la que quiero dar especialmente las gracias hoy – mi pareja María. ¡Gracias por estar a mi lado en este camino! ¡Qué seas feliz, bondadosa, amorosa y serena!
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