La semana pasada fuimos al Sónar con mi hermana, Joanna y su pareja, Paul. Me encantó lo de hacer baño de multitudes con tantos jóvenes, saborear el ambiente tribal, meme púrpura saludable, olfatear las humaradas de hashish con aroma a mis viejos tiempos, ver como la gente se movía, como vestía, como interaccionaba … Había una variedad impresionante de estilos musicales, desde la marcha sorprendentemente poderosa de Devo o la de Fangoria, recordando estilos de otras décadas con un toque de glam-rock exuberante, hasta las olas sonoras de Mogwai o la tecno-psicodelia del espectáculo audiovisual del DJ Jeff Mills, hiphop catalán de Facto Delafé y Las Flores Azules o motown para el tercer milenio con Nicole Willis and the Soul Investigators.
También ha estado bien cambiar de aires, salir de Ourense, muy necesario de cuando en vez, y de volver a ver no sólo Barcelona sino a una de mis recién conocidas hermanas, además de otras amigas que no habíamos visto desde hacía demasiado tiempo. A María y a mí, nos hacía falta también desconectar de las vidas ajetreadas que llevamos de trabajos, estudios, talleres etc. Así volvimos con energías renovadas para terminar el curso …
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